Cuando la encía se retrae y deja parte de la raíz del diente visible, aumentan la sensibilidad y el riesgo de desgaste. El injerto de encía es una cirugía mínimamente invasiva que refuerza la encía y, cuando la anatomía lo permite, vuelve a cubrir la raíz. En este artículo encontrarás respuesta a las principales dudas de nuestros pacientes sobre esta intervención: cómo se hace, si resulta dolorosa y qué cuidados postoperatorios hay que seguir.
¿Por qué se retraen las encías?
A continuación, te vamos a detallar las diferentes causas que favorecen la recesión gingival:
- Cepillado con demasiada presión o uso de cepillos con filamentos duros: a largo plazo se puede erosionar el borde de la encía.
- Enfermedad periodontal (periodontitis): la inflamación continuada que provoca esta patología causa pérdida de soporte alrededor del diente.
- Posición dental desfavorable: los dientes muy adelantados suelen ir acompañados de una encía más fina y vulnerable.
- Movimiento de los dientes durante el tratamiento ortodóncico: a veces para poder alinear bien los dientes de la arcada superior e inferior hay que desplazar dientes hacia afuera. Esto, en algunos pacientes con diversos factores predisponentes, puede provocar recesiones durante el tratamiento ortodóncico o pasados unos meses.
- Piercings orales: el contacto repetido puede producir microtraumatismos en la encía.
- Factores individuales: los cambios hormonales o unas encías finas, que tienen su origen en la propia genética de la persona, pueden contribuir al debilitamiento de las encías.
- Edad: si coexisten varios factores, la probabilidad de recesión aumenta con los años.
¿Qué es un injerto de encía?
El injerto de encía es una microcirugía periodontal que añade un pequeño tejido de refuerzo sobre la zona retraída para engrosar y estabilizar la encía y, cuando el caso lo permite, recubrir la raíz expuesta. El objetivo es mejorar el pronóstico del diente, disminuir la sensibilidad, armonizar la línea gingival y, en muchos casos, mejorar la estética de la sonrisa.
¿De dónde se obtiene el tejido donante de un injerto de encía?
La elección del tejido o material se adapta a cada caso. Factores como la anatomía, el número de dientes a tratar y la zona a cubrir influyen en la decisión.
Injerto de tejido conectivo del paladar
Se toma una lámina del tejido interno del paladar (debajo de la capa superficial) mediante una técnica cuidadosa y poco invasiva. Ese tejido se coloca sobre la recesión y se fija con suturas muy finas.
La principal ventaja de este tipo de injerto es que permite una integración muy fiable y natural, ya que el color y el grosor del tejido donante son muy similares a los de la encía natural.
Injerto libre de encía
Se obtiene una pequeña porción de encía del paladar con la capa superficial. Esta técnica se utiliza cuando la calidad del tejido de la zona interna del paladar es peor o su grosor es fino, así como en algunas circunstancias concretas relacionadas con las complicaciones en los implantes. En áreas muy visibles puede apreciarse una ligera diferencia de color, por lo que es imprescidible valorar de antemano este aspecto.
Matrices de colágeno y sustitutos tisulares
Son biomateriales diseñados para engrosar y estabilizar la encía, reduciendo, o incluso evitando, la toma de tejido del paladar. En este caso, el posoperatorio es más cómodo, especialmente si hay varias recesiones que tratar. Por contra, los resultados a largo plazo son menos previsibles.
Los biomateriales pueden usarse en encías finas para aumentar el grosor, cuando la calidad del tejido palatino no es buena o se busca disminuir las molestias del área donante.
Con el objetivo de favorecer el posoperatorio y de reducir las molestias, en las clínicas dentales MAEX empleamos lupas de aumento, microinstrumental y suturas ultrafinas. Estas herramientas permiten unas incisiones más pequeñas, la manipulación delicada del tejido y una colocación precisa, con especial atención a la estética de la sonrisa.
Beneficios del injerto de encía
Los principales beneficios que aporta el procedimiento son los siguientes:
- Mejora estética: el injerto de encía mejora la proporción diente-encía y logra una línea gingival más uniforme.
- Reducción de la sensibilidad: al cubrir total o parcialmente la raíz, los estímulos de frío, calor o dulce resultan menos molestos.
- Protección frente a caries y desgaste de raíz: la superficie radicular es más vulnerable que el esmalte. Al quedar protegida, se conserva mejor.
- Estabilidad del margen gingival: una encía más gruesa soporta mejor el cepillado y frena la progresión de la recesión.
- Higiene más sencilla: el tejido reforzado permite un cepillado eficaz y con menor sangrado.
- Base segura para otros tratamientos: el injerto de encía prepara y refuerza la zona de cara a procedimientos posteriores, como la ortodoncia o las rehabilitaciones con implantes.
¿Duele el injerto de encía?
El injerto de encía se realiza con anestesia local, por lo que no provoca dolor durante el procedimiento. En el posoperatorio lo habitual es sentir una molestia que puede ir de leve a moderada y sensación de tirantez, sobre todo si se ha obtenido tejido del paladar. Estas molestias suelen controlarse con la medicación pautada y con la aplicación intermitente de frío externo durante las primeras horas.
Por su parte, cuando se emplean matrices de colágeno, la incomodidad suele ser menor al no existir herida en el paladar. La inflamación alcanza su pico entre las 48 y 72 horas y desciende de forma progresiva. Dormir con la cabeza ligeramente elevada y evitar esfuerzos facilita la recuperación.
Posibles complicaciones tras la cirugía de injerto de encía
Aunque el injerto de encía es una cirugía menor que no suele provocar complicaciones, conviene conocer los posibles contratiempos para prevenirlos y saber cuándo consultar al odontólogo.
- Sangrado leve en las primeras horas, que suele ceder con compresión suave.
- Inflamación y pequeños hematomas propios del proceso de cicatrización.
- Molestias posoperatorias que normalmente responden a analgésicos. Si aumentan de forma llamativa, se requiere una revisión.
- Infección. Es una complicación muy infrecuente cuando se siguen las pautas de higiene y medicación.
- Pérdida parcial del injerto, que puede suceder por traumatismos (consumo de alimentos duros, cepillado agresivo…).
- Diferencias de color o textura con respecto a la encía original. Normalmente, estas diferencias se integran con el tiempo.
- Cicatrización más lenta en fumadores o personas con determinadas condiciones médicas, como la diabetes sin controlar. Estas circunstancias aumentan el riesgo de complicaciones, ya que la herida tarda más en curar.
En resumen, un injerto de encía bien indicado puede mejorar el pronóstico de los dientes, disminuir la sensibilidad, proteger la raíz y mejorar la armonía de la sonrisa. Es un procedimiento habitual, que se realiza con anestesia local y que ofrece una recuperación previsible si se siguen las pautas del cirujano.
En las clínicas dentales MAEX combinamos experiencia clínica, técnicas de microcirugía y planificación individualizada para todos nuestros pacientes, con el objetivo de ofrecer tratamientos rigurosos y un seguimiento posterior exhaustivo. Si presentas recesión o sensibilidad de encía, puedes solicitar tu primera cita informativa en MAEX Dental.