La evolución de un tratamiento de implantes dentales depende, en gran medida, de cómo se desarrolle el periodo de osteointegración. Dada que esta es una fase crucial, vamos a centrar este artículo en explicarte qué es la osteointegración y cómo se pueden mejorar las posibilidades de que se desarrolle de manera satisfactoria.
¿Qué es el proceso de osteointegración?
La osteointegración es el proceso por el cual un implante, fabricado con un material biocompatible como el titanio, se integra en el hueso maxilar del paciente. Se considera que la osteointegración es exitosa cuando el tejido óseo crece alrededor del implante y se adhiere firmemente a él, lo que permite que el implante pueda soportar su función.
El periodo de osteointegración es crucial en Implantología, ya que la completa sujeción de los implantes al hueso es fundamental para la durabilidad y funcionalidad del tratamiento a largo plazo.
Fases de la osteointegración
El proceso de osteointegración, siempre y cuando se desarrolle de manera favorable, se divide en varias fases:
- 1- Inflamación: justo después de la colocación del implante se produce una respuesta inflamatoria en el organismo que es necesaria para iniciar la curación y la cicatrización.
- 2- Crecimiento óseo: las células presentes en el hueso maxilar del paciente comienzan a crecer alrededor el implante. El titanio es un material muy adecuado para ello debido a su compatibilidad con el organismo y a su capacidad para fomentar el crecimiento del hueso sin ser reconocido como un cuerpo extraño.
- 3- Maduración: el hueso recién formado se remodela y madura alrededor del implante, lo que incrementa la estabilidad del implante dentro del hueso.
¿Cómo mejorar la osteointegración?
Hay una serie de factores que favorecen la osteointegración y que, por tanto, se deben tener en cuenta antes de colocar los implantes dentales. Así, aumentarán las probabilidades de éxito del tratamiento.
Estructura ósea
Cuando se pierde un diente natural, el hueso maxilar en el que se sostenía dicha pieza dental comienza un proceso gradual de reabsorción. Esto se debe a que el hueso, al perder el estímulo que proporcionaba el diente, se atrofia.
Por eso, cuando la ausencia de los dientes naturales ha sido prolongada es necesario estudiar con mayor detalle la estructura ósea del paciente. De esta manera se puede determinar si la persona cuenta con el hueso necesario para colocar los implantes o es necesario planificar técnicas de regeneración de hueso antes de la colocación de los implantes.
Regeneración ósea tras una extracción
En otras ocasiones, es el cirujano que va a colocar los implantes el que planifica la extracción del diente natural del paciente. En estos casos, se debe valorar cuidadosamente cuánto tiempo esperar entre la extracción y la colocación del implante. En función de las circunstancias de cada paciente (salud ósea, infecciones, tabaquismo…), la colocación puede ser inmediata o tener que posponerse hasta varios meses después.
En este punto, una correcta planificación de los tiempos es esencial para el éxito de la osteointegración, ya que un implante colocado antes de lo debido tiene más posibilidades de no alcanzar la osteointegración..
Infecciones
La colocación de implantes dentales mientras exista una infección activa está totalmente contraindicada. Por ello, la ausencia y el control total de las infecciones (periodontitis, periimplantitis…) es fundamental para mejorar la osteointegración.
Las infecciones activas comprometen la estabilidad del implante y afectan negativamente a la capacidad del hueso para fusionarse con el implante. En el caso de que exista infección, será necesario que esta sea tratada por el odontólogo antes de colocar los implantes. Esto puede hacerse mediante diferentes vías (tratamiento periodontal, uso de antibióticos, cirugía periodontal…).
De la misma manera, el paciente debe estar atento a los signos de infección de un implante dental (dolor, sangrado, pus…), ya que los procesos infecciosos también pueden aparecer después de la colocación del implante.
Tipo de implante y técnica de colocación
Para mejorar la osteointegración también resulta fundamental planificar correctamente qué tipo de implante se va a utilizar y cómo va a ser su colocación (profundidad, inclinación…). En el mercado existen multitud de implantes dentales, por lo que es necesario que el cirujano elija cuidadosamente la marca, el material (titanio o zirconio) y las características del implante (en función de su tamaño, técnica de colocación, etc.).
Asimismo, las técnicas de colocación mínimamente invasivas también pueden favorecer el éxito de la osteointegración, ya que ayudan a reducir el trauma en los tejidos (hueso, encías…) y a acelerar el proceso de curación.
Historia clínica del paciente
Por último, la salud del paciente, su estilo de vida y su historial médico también juegan un papel esencial en el proceso de osteointegración. Entre otras cosas, la higiene oral, el control del tabaquismo y el tratamiento de las enfermedades que afectan a la salud ósea (diabetes, osteoporosis…) contribuyen a que la osteointegración se desarrolle sin complicaciones.
¿Cuánto tiempo tarda el implante en osteointegrarse en el hueso?
El tiempo que tarda un implante en osteointegrarse en el hueso maxilar puede variar en función de distintos factores. Entre ellos, destacan la salud del paciente, el lugar donde se ha colocado el implante, la calidad y cantidad de hueso y el tipo de implante utilizado.
Sin embargo, en términos generales, podemos decir que los implantes tardan entre tres y seis meses en osteointegrarse en el hueso. Una vez finalizado el proceso de osteointegración, y siempre que este se haya desarrollado de manera favorable, resulta posible colocar la corona o la prótesis definitiva. Con ello se restaurará la función y estética perdidas por la ausencia del diente natural.
Durante el periodo de osteointegración es fundamental realizar un seguimiento regular del paciente para determinar si la evolución transcurre según lo previsto y detectar las posibles complicaciones en una fase temprana.
De la misma manera, es crucial que el paciente respete todas las pautas postoperatorias facilitadas por el cirujano, que acuda a las revisiones programadas y que comunique al profesional cualquier signo de complicación (dolor, sangrado, inflamación, pus…). Todo ello aumentará las probabilidades de que la osteointegración se desarrolle con éxito y de que los implantes consigan una sujeción estable y duradera en la boca.
Si tienes alguna duda más sobre el proceso de osteointegración o deseas una segunda opinión de nuestros cirujanos, puedes llamarnos y solicitar tu primera consulta informativa y sin compromiso.