Si te levantas con dolor en la mandíbula, notas que aprietas los dientes durante el día o incluso te lo han dicho mientras duermes, es muy probable que sufras bruxismo, un trastorno muy común hoy en día. Afortunadamente, en la actualidad existen tratamientos eficaces para controlar el bruxismo y mejorar la calidad de vida. En este artículo, te contamos todo lo que necesitas saber para identificar este trastorno y tratarlo de manera adecuada.
¿Qué es el bruxismo?
El bruxismo es un hábito involuntario que consiste en apretar y/o rechinar los dientes de forma repetida. Se produce debido a una serie de movimientos inconscientes de los músculos de la masticación, que se contraen y generan sobrecargas, tanto en dichos músculos como en las articulaciones de la zona.
Puede ocurrir tanto de día como de noche, y en muchas ocasiones pasa desapercibido durante meses o incluso años, hasta que aparecen los primeros síntomas: dolor mandibular, desgaste dental, cefaleas o molestias cervicales.
El bruxismo es un problema multifactorial, es decir, puede tener varios orígenes, y por eso es fundamental realizar un diagnóstico individualizado para abordarlo correctamente.
Causas del bruxismo
No hay una única causa detrás del bruxismo, sino que este suele estar relacionado con distintos factores físicos, emocionales o incluso posturales. Entre los más frecuentes se encuentran los siguientes:
- Estrés y ansiedad: son los desencadenantes más comunes, especialmente en el bruxismo diurno. En estos casos, la tendencia a rechinar y/o apretar los dientes es una forma de liberar la tensión acumulada.
- Trastornos del sueño: como el insomnio, la apnea del sueño o el descanso poco reparador.
- Problemas de oclusión: una mordida incorrecta, es decir, unos dientes que no encajan bien al cerrar la boca, puede predisponer al bruxismo.
- Malos hábitos posturales: estos generan una tensión excesiva en cuello y hombros, que puede trasladarse a la mandíbula.
- Consumo de sustancias excitantes: como café, alcohol o tabaco.
- Uso de ciertos medicamentos: especialmente algunos antidepresivos.
Síntomas del bruxismo
Los síntomas del bruxismo pueden variar según el tipo y la intensidad, pero hay signos comunes que te pueden ayudar a detectarlo:
- Dientes desgastados, fracturados o con mayor sensibilidad. El apretamiento y rechinamiento provoca que los dientes superiores e inferiores choquen constantemente. Esto provoca desgastes que, a su vez, pueden derivar en fracturas o en mayor sensibilidad, ya que el desgaste puede dejar al descubierto zonas internas del diente que están próximas a las terminaciones nerviosas.
- Dolor en la mandíbula o en la cara, especialmente al despertar.
- Dolor de cabeza, sobre todo en las sienes o la zona cervical.
- Tensión muscular en el cuello o en los hombros.
- Ruidos al rechinar los dientes durante el sueño, que a menudo detecta la persona que duerme al lado.
- Fatiga mandibular o dificultad al abrir mucho la boca.
- Sensación de cansancio al despertar.
Detectarlo a tiempo puede evitar daños mayores. En clínicas MAEX, nuestros médicos y odontólogos realizan valoraciones muy completas para identificar el bruxismo en sus primeras fases y pautar el tratamiento más eficaz para cada paciente.
Tipos de bruxismo
Es importante conocer los tipos de bruxismo, ya que el enfoque terapéutico cambia según cuándo se produce.
1- Bruxismo de vigilia y/o diurno
Este tipo de bruxismo ocurre mientras la persona está despierta y generalmente se da como respuesta al estrés, la ansiedad o el exceso de concentración. Se caracteriza más por apretar los dientes que por rechinarlos, y muchas veces pasa desapercibido hasta que empiezan los síntomas musculares.
Quienes padecen bruxismo diurno suelen apretar los dientes al trabajar, al conducir o al enfrentarse a situaciones de tensión. El aspecto positivo es que al ser consciente, puede corregirse con mayor facilidad.
2- Bruxismo del sueño y/o nocturno
El bruxismo nocturno es más complejo, ya que ocurre mientras la persona duerme, por lo que no puede controlarlo conscientemente. En este caso, es más frecuente rechinar los dientes, lo que provoca mayor desgaste dental y sobrecarga en la articulación temporomandibular (ATM).
El bruxismo nocturno puede estar vinculado a trastornos del sueño, problemas neuromusculares o tensión acumulada, y suele requerir tratamientos más específicos como férulas de descarga o neuromoduladores.
Tratamientos para el bruxismo
Afortunadamente, el bruxismo sí tiene tratamiento, y en la mayoría de los casos los síntomas mejoran significativamente tras unas semanas. En muchos casos, el objetivo de los tratamientos no es eliminar el hábito en sí, ya que puede resultar muy complejo, sino evitar el daño dental, relajar la musculatura mandibular y prevenir complicaciones a largo plazo.
1- Tratamiento para el bruxismo de vigilia y/o diurno
Para tratar el bruxismo diurno, el objetivo principal es romper el hábito de apretar los dientes de forma consciente y reducir la tensión muscular. A diferencia del nocturno, aquí el paciente puede intervenir activamente en la corrección del comportamiento.
Algunos de los tratamientos más efectivos para el bruxismo de vigilia son los siguientes:
Cambio de hábitos y rutinas diarias
Se deben evitar ciertas costumbres como morderse las uñas, mascar chicle o apoyar el mentón en la mano. Asimismo, se deben hacer pausas frecuentes si se trabaja muchas horas frente al ordenador y prestar atención a los momentos en los que se aprietan más los dientes (por estrés, concentración intensa…).
Terapia de reeducación mandibular
Es llevada a cabo por el fisioterapeuta y consiste en enseñar al paciente a detectar cuándo está apretando la mandíbula y cómo relajarla de manera consciente. Se trabaja con ejercicios específicos, técnicas posturales y rutinas de control muscular.
Ejercicios de relajación y estiramiento mandibular
Paralelamente, se puede enseñar al paciente a hacer ejercicios sencillos en su casa o trabajo, que ayuden a liberar tensión y prevenir el hábito de apretar.
Técnicas de relajación
Prácticas como mindfulness, respiración profunda, yoga o relajación progresiva ayudan a calmar el sistema nervioso y reducir los niveles de estrés, uno de los principales desencadenantes del bruxismo de vigilia.
Fisioterapia mandibular y cervical
Una musculatura contracturada en cuello, hombros o mandíbula puede agravar el problema. La fisioterapia ayuda a disminuir el tono muscular, liberar tensiones y mejorar la movilidad de la ATM.
Neuromoduladores
Los neuromoduladores son unas sustancias químicas que modifican la actividad neuronal en el sistema nervioso. Aplicados en los músculos masticatorios, estos dejan de recibir la señal de contracción por parte del cerebro.
En los casos de bruxismo diurno, los neuromoduladores no suelen ser el tratamiento de primera elección, ya que el objetivo principal es reeducar al paciente y enseñarle a relajar la mandíbula de forma consciente. Sin embargo, cuando el problema es muy intenso o persistente, y no mejora con fisioterapia, técnicas de relajación o terapia psicológica, la aplicación de neuromoduladores puede ser un gran aliado.
Ortodoncia
Si el bruxismo está relacionado con una mala alineación dental, un tratamiento ortodóncico, con brackets o alineadores transparentes, puede corregir la causa estructural y reducir los episodios.
Terapia psicológica
Si el origen es emocional (ansiedad, estrés crónico, perfeccionismo…), trabajar la raíz del problema con un profesional es clave. Muchas veces, el apoyo psicológico se combina con otras terapias para lograr resultados más duraderos.
Medicación
Se pueden usar relajantes musculares suaves cuando hay una tensión continua que no cede con fisioterapia, así como ansiolíticos o antidepresivos cuando existe una condición médica diagnosticada. Cualquiera de los medicamentos anteriores debe administrarse únicamente bajo la supervisión de un médico.
2- Tratamientos para el bruxismo del sueño y/o nocturno
El bruxismo nocturno es más complejo, ya que ocurre de forma inconsciente mientras la persona duerme, por lo que requiere tratamientos que actúen de forma pasiva o automática. En este caso, no se trata tanto de “reeducar”, sino de proteger, aliviar y prevenir daños.
Algunos de los tratamientos más efectivos para el bruxismo del sueño son los siguientes:
Cambios de rutinas nocturnas
Hay determinadas rutinas que se pueden incorporar para favorecer el descanso y aliviar el bruxismo nocturno: evitar pantallas y dispositivos electrónicos dos horas antes de dormir, cenar ligero, mantener un entorno tranquilo y oscuro, y reducir el alcohol, la cafeína y el tabaco por la tarde. Además, en casos determinados, el médico también puede recetar relajantes musculares o melatonina para favorecer un sueño reparador.
Férula de descarga
Son dispositivos que se colocan por la noche y están hechos a medida de cada paciente. Sirven para evitar el contacto directo entre los dientes superiores e inferiores, por lo que funciona como una barrera física y los protege del desgaste.
Además, ayudan a reducir la sobrecarga muscular y articular, así como a distribuir de forma más equilibrada la fuerza de la mordida. La férula de descarga es el tratamiento más habitual para la mayoría de casos de bruxismo nocturno.
Neuromoduladores
En el caso del bruxismo nocturno, los neuromoduladores adquieren un papel mucho más relevante, ya que durante el sueño el paciente no puede controlar el rechinamiento o apretamiento de forma consciente.
Los neuromoduladores ayudan a disminuir la hiperactividad de los músculos masticatorios, reduciendo el dolor, la tensión y el desgaste de los dientes. Es una alternativa especialmente útil en pacientes con episodios severos o en aquellos que no logran suficiente mejoría con la férula de descarga.
Ortodoncia
Cuando los dientes no están bien alineados o la mordida no encaja de forma correcta, la mandíbula puede hacer más esfuerzo del necesario durante la noche, favoreciendo los episodios de bruxismo. En estos casos, un tratamiento de ortodoncia (con brackets o alineadores transparentes) ayuda a corregir la posición dental, equilibrar la mordida y así reducir la tensión que provoca el rechinamiento.
Tratamiento de trastornos del sueño
Si el bruxismo va acompañado de insomnio, apnea del sueño o despertares frecuentes, es fundamental abordarlo con un especialista en medicina del sueño. El mal descanso puede intensificar los episodios de bruxismo nocturno.
Ajuste oclusal
En algunas personas, los dientes no encajan de manera equilibrada al morder, lo que genera zonas de contacto excesivo que sobrecargan la mandíbula. Cuando esto ocurre, el odontólogo puede realizar un ajuste oclusal, que consiste en pequeñas correcciones en la superficie de los dientes para que la mordida sea más uniforme. De esta manera, se consigue disminuir la tensión en la articulación temporomandibular (ATM) y mejorar la comodidad al masticar o al cerrar la boca.
Como ves, los tratamientos para el bruxismo son numerosos. Por eso, en MAEX Dental te ofrecemos una valoración integral para determinar el tipo de bruxismo que presentas y establecer el tratamiento más adecuado. Si presentas bruxismo, llámanos y solicita tu primera consulta sin compromiso.