¿Notas que tu implante dental se mueve? Si estás en esta situación, te recomendamos acudir a un profesional altamente experimentado y formado en el tratamiento con implantes dentales. De esta manera, podrá identificar la causa de dicha movilidad y tratarla adecuadamente, lo que maximiza las posibilidades de un resultado exitoso y duradero.
Mi implante dental se mueve: ¿qué hago?
En primer lugar, debes saber que no es normal que un implante dental se mueva. Los implantes dentales están pensados para comportarse como los dientes naturales, por lo que deben ofrecer estabilidad y sujeción.
Por ello, si notas que tu implante dental se mueve es imprescindible que acudas a un implantólogo para que te valore y determine la causa del movimiento.
En general, cuando se tiene la sensación de que un implante dental se mueve pueden pasar dos cosas: que se mueva el propio implante o que se mueva la corona (parte visible).
El implante dental se mueve
Normalmente, esta es la situación más grave. Suele ocurrir cuando el implante no se ha osteointegrado correctamente en el hueso o cuando hay una infección alrededor del implante. Estas circunstancias derivan en la pérdida del implante, por lo que es crucial acudir cuanto antes al implantólogo o cirujano maxilofacial, ante la más mínima sospecha de problemas.
La corona del implante dental se mueve
Por lo general, este problema es más sencillo de solucionar, ya que la movilidad de la corona puede tener su origen en un aflojamiento que se produce con el paso del tiempo. En cualquier caso, también es importante acudir a un profesional para que evalúe la situación y paute el tratamiento más adecuado para prevenir complicaciones.
Causas por las que se mueve un implante dental
Los principales motivos que explican la movilidad de los implantes dentales son los siguientes:
- Fallo en la osteointegración: ocurre cuando el implante no se fusiona adecuadamente con el hueso en el que ha sido colocado. Esto, a su vez, puede deberse a distintas causas, como la mala cantidad o calidad del hueso, el uso de una técnica quirúrgica inadecuada, con cargas protésicas inadecuadas o ausencia de higiene por el paciente. A su vez, hay ciertas condiciones sistémicas, como la diabetes o metabolopatías, que afectan a la salud ósea y a la capacidad del hueso para regenerarse.
- Infecciones: la mucositis periimplantaria y la periimplantitis son dos enfermedades que afectan a la estabilidad del implante. Tienen su origen en una infección en los tejidos que rodean el implante dental (encías y hueso), la cual suele producirse por una higiene bucal insuficiente.
- Sobrecarga mecánica: una fuerza de mordida excesiva puede sobrecargar el implante y hacer que se mueva la corna. Esta sobrecarga mecánica puede deberse, por ejemplo, al bruxismo (un hábito involuntario muy frecuente entre la población que consiste en rechinar y/o apretar los dientes, sobre todo durante el sueño) o a un mal diseño protésico.
- Traumatismo: un golpe en la cara puede fracturar la corona del implante o dañar el hueso de soporte del implante, lo que provocara la movilidad del implante.
- Enfermedades sistémicas: hay determinadas condiciones médicas que afectan negativamente a la salud ósea y al proceso de cicatrización. Entre estas, destacan la diabetes y metabolopatías. Además, algunos medicamentos, como los corticosteroides o aquellos que afectan a la densidad ósea, pueden complicar la estabilidad del implante. Es importante la valoración médica adecuada del paciente
Soluciones para un implante dental que se mueve
Las principales soluciones para tratar la movilidad de un implante dental son las siguientes:
- Revisión y ajuste: en algunas ocasiones, el movimiento se debe a que algunos de los componentes del tratamiento están sueltos, como la corona o el pilar (pequeña pieza que conecta la corona con el implante). En estos casos, puede que únicamente sea necesario apretar dichos componentes. Esta solución es una de las más sencillas y menos invasivas.
- Tratamiento de infecciones: los casos de periimplantitis, o de cualquier otra infección, pueden ser tratados con una limpieza profunda de los tejidos afectados, medicación antibiótica o cirugía. La cirugía se reserva para las infecciones más graves, cuando la limpieza inicial y los antibióticos no resultan suficientes para eliminar el tejido infectado y evitar la progresión de la enfermedad. En casos seleccionados precisaremos injertos de hueso para recuperar la zona perdida.
- Sustitución del implante: si el implante dental está muy dañado es posible que sea necesario reemplazarlo. Cuando esto sucede, habrá que retirar el implante que está causando los problemas, esperar a que la zona se recupere y, posteriormente, colocar un nuevo implante.
- Sustitución de la corona: si la corona se mueve y no hay posibilidad de ajustarla o está muy dañada, la solución puede pasar por reemplazarla por una nueva.
- Regeneración ósea: si el movimiento se debe a la falta de soporte óseo (mala cantidad y calidad del hueso) puede ser necesario planificar un injerto óseo. De esta manera, se dota al hueso de mayor soporte para albergar el implante y se facilita el futuro proceso de osteointegración.
- Modificación de la carga oclusal: si la causa del movimiento es la sobrecarga mecánica, el ajuste de la oclusión (manera en la que los dientes superiores e inferiores muerden) puede ser la solución. La modificación de la carga oclusal puede requerir el ajuste de la altura o la posición de la corona.
- Control de las enfermedades sistémicas: es esencial manejar medicamente dichas condiciones de manera efectiva.
En resumen, si notas que tu implante dental se mueve es importante que tomes medidas de inmediato para evitar complicaciones mayores. Como ves, existen diferentes soluciones, de menor o mayor complejidad, pero para establecer cuál es la más adecuada se requiere una evaluación completa por parte de un profesional.
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